dilluns, de març 19

EL PALO

Seis meses de arduo trabajo, el día de arbolar estaba cerca, fue un lunes lluvioso. Discurría un ambiente relajado entre opiniones y últimos retoques. En ese momento aparece la deseada grúa, podía levantar cómodamente los tres palos de 25 metros cada uno, con jarcia incluida. Estábamos a bordo para recibir el primer palo, el operador preparado a las órdenes del oficial al mando. De repente, un grito militar determinó un silencio de respeto que enmudeció toda posible desconfianza...
Sube el palo lentamente cogido de los extremos y a los diez metros resbala con toda furia hacia el muelle. Gracias a los carpinteros que trabajaron a contrarreloj Santa Eulalia "Un Pailebote centenario", vistió felizmente en su bautizo.

Edu

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