diumenge, de març 18

ESPEJISMO

Soy tan viejo y estoy tan seco, que ya solo me quedan fuerzas para venir a la playa. Me siento frente al mar, y la brisa me abraza y me mece durante todo el día; no necesito nada más. Observo las olas tenderse sin descanso sobre la arena, chocar contra el pequeño espigón. Pienso en mis cosas. A veces el virazón me obliga a cerrar un poco los ojos, y me quedo casi dormido. Con el fantasma de esta playa, se mezclan los recuerdos de las barcas que ya no están. Ya lo decíamos entonces, que la marea siempre trae algo, y algo siempre se lleva. Se llevó el puerto entero, y se dejó un viejo pescador en la playa. Calafateado por el Sol y el viento, paciente como el mascarón de un pailebote centenario, ya solo queda esperar junto al espigón de mentira la orden de zarpar.

CptJolly

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